sábado, 13 de abril de 2013

El gran poder es el AMOR


Vivimos tiempos en que el mundo enfrenta amenazas de guerra y ya existen serios conflictos por la vía del odio y la violencia, la intolerancia, el “bullying” y el “moobing”, el crimen y tantos problemas sociales e injustas desigualdades que debilitan la fe y fomentan incertidumbre.

 

Es tiempo de buscar más del Señor; no por miedo, sino por amor; no por religión, sino por relación; no por manipulaciones, sino por la sabiduría real y trascendente que puede mucho e ilumina todo. Es tiempo de buscar más de Él con certeza gozosa en el cumplimiento del Perfecto Plan Redentor y de que su gran poder es el AMOR.

 

Así, he visto la noticia de que la alcaldesa de la Capital de la Isla del Cordero, Carmen Yulín se ha vuelto a casar con el psicoanalista Alfredo Carrasquillo y LES BENDIGO. ¡Enhorabuena! ¡Lo más que se necesita en tiempos retadores y convulsos, son vivificadores y edificantes testimonios de restauración y del poder del amor!

 

Procede ver la combinación de motivos de gratitud y de inquietud en la vida; buscar ver el llamado de la vida a seguir creyendo y siempre adelante.

 

Procede ver los contrastes que se dan en las noticias y los “temas de actualidad”, y la facilidad con que serios asuntos pasan al olvido ante lo “nuevo” de la semana; la forma en que se puede olvidar la esencia humana compartida por todos; y nos preguntamos sobre los significados de la igualdad.

 

Procede ver los asuntos que se critican de la forma de gobernar y hacer política; cómo la lealtad se busca torcer y amoldar; y me pregunto en qué medida meditamos sobre lo que espera Dios de nosotros al darnos la oportunidad de llegar a unos escenarios.

 

Procede ver lo religioso y otras vocaciones y roles; los niveles en que se mira más lo que divide y aparta, que la raíz cristiana que se fortalece en tantos que sirven bien con lo mejor de sí en admirable testimonio; y me pregunté sobre los significados, gozos y requerimientos de la vida en victoria (lo que es dar vida a la vida).

 

Buscando escuchar en el silencio ante tantos temas, iba confirmando que la patria se hace desde cada familia y cada persona, no con retórica o abstracciones, sino con la real perseverancia sabia y la compleja dinámica en que compartimos contrastes, diferencias y motivos para ser todos, uno. 

 

Buscando en esa reflexión que no se limita a un lugar o un tiempo, recordé que alguien dijo una vez que la vida es como un cáliz para llenar del trabajo amoroso. Vi que ante todo y ante todos, el amor es el gran depósito de Dios en cada uno. Que desear lo mejor al prójimo (Jesús enseñó sobre dar como se desea recibir y amar al prójimo como a uno mismo) y apoyar los procesos de restauración, sean la mejor siembra.

 

Por este medio (recordando que en San Juan 10:10 Jesús dice que vino para que tengamos vida en abundancia) elevo mi cáliz en brindis de fe, oración y los mejores deseos, por la dama que conocí en la política activa, y que me convenció más por su gran valor como ser humano y mujer de fe en Dios, que por lo que se pueda asociar a una líder política o principal funcionaria y embajadora de la Capital.

 

Que ella y su hombre de fe en Dios, iluminen a incontables almas con el amor que trasciende todo lo efímero. Que sean ambos luz en una Isla y un mundo -de contrastes marcados- que se hace muchas preguntas y necesita la sabiduría de volver a creer y alcanzar lo que victoriosamente nos hace proclamar “Dios en nosotros”.

Sea la vida una causa y vocación de AMOR. Sean hoy y siempre más que bendecidos Carmen Yulín, Alfredo Carrasquillo y familia. El gran poder es el AMOR.

 

--Gerardo L. Berríos Martínez

 


 

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