He visto
la película “G.I. Joe: Retaliation” y es muy buena. La recomiendo. Nuevamente
se confirma que las películas se mejoran en la medida que buscan ser fieles al
origen de los personajes y las historias. El reparto principal
es:
·
Dwayne Johnson como Roadblock
·
Jonathan Pryce
como el Presidente de Estados Unidos
·
Byung-hun Lee como Storm Shadow
·
Ray Park como Snake Eyes
·
Elodie Yung como Jinx
·
Ray Stevenson como Firefly
·
D.J. Cotrona como Flint
·
Adrianne Palicki como Lady Jaye
·
Channing Tatum como Duke
·
Luke Bracey como
Comandante Cobra (Robert Baker hace la voz)
·
Arnold Vosloo como Zartan
·
Bruce Willis como
el General Joseph Colton
En el
mundo de GI Joe, Snake Eyes siempre es un gran personaje y en esta película
hace la diferencia. Sin embargo, destaco también a dos personajes:
·
Adrianne Palicki encarna
Lady Jaye y hace un gran desempeño. No supera a la gran alma con
dones, belleza inenarrable, energía, llamado único y presencia sin igual con el
nombre artístico de Melina León, pero Adrianne tiene
sus méritos y elegancia y aporta bien en la película a confirmar la necesidad de
personajes femeninos con gran presencia y fuerza, ya que grande es el corazón
de mujer.
·
Bruce Willis encarna
al General Joseph Colton y hace un gran desempeño. Todavía tiene su carácter y
energía; confirma que no procede el discrimen por edad y que en la vida no hay
retiros, sino pasos de evolución y etapas con grandes posibilidades de aportación,
edificación y consagración.
Algo muy
bueno de la película es que retoma la línea heroica de que cuando todo parece
perdido, se afirma la fe y surge el plan apoyado en la nueva solidaridad que
hace que triunfe el bien. En la vida se puede reverdecer y restaurar.
Se
confirma que los militares son grandes héroes y que el heroísmo real no es
imposible. Podemos llegar a donde no hemos llegado. Podemos
vestirnos del heroísmo que hace la diferencia al dar fe en donde no la hay, al
saber decir no al mal, al saber decir sí a lo que suma a la vida de quienes se
ama y más allá, el bálsamo a los que lloran y sufren, el perdón que no es
simbólico y sí es camino de cambio y evolución, la solidaridad a quienes
resisten ante las manifestaciones de la corrupción, comprensión en donde se ha
perdido, apoyo al caído para levantarse, fuerza a las buenas causas, atención
debida al alma en formación y al alma que merece dignidad y tanto puede aportar
en los años dorados, el buen consejo que aporta a perfeccionar la jornada,
potenciación a quienes necesitan redescubrir que no es demasiado tarde, en fin,
el heroísmo no es ciencia ficción, fantasía, juego de niños o un imposible en
el mundo. El heroísmo real se atreva a vivir, perseverar y fructificar con el
más abarcador amor.
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