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Somos sumatoria y
el presente es fruto de las decisiones y omisiones del pasado. No caigamos en
relatos para autoalabanza o para victimizarnos. Procede el sincero proceso de introspección
para comprender todo lo que ha sido causado por nosotros mismos, y aprender para
evolucionar. Seamos humildes y prudentes.
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Somos lo que
vivimos. La mejor prédica educa con el ejemplo e inspira con la correcta razón
de ser de cada paso. Que fluya el consejo para edificar y no para dar continuidad
a una cadena de males. Que lo que no sea lo ideal, no dé paso a dejar de creer y de alentar a la
perseverancia que ilumina la vida.
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Somos llamados a
sembrar y fructificar. Somos llamados a la constante evaluación de nuestra
trayectoria para buscar vivir algo mejor cada día, con la consagrada
determinación de cosechar mejor en una existencia de bendición integral y
expansiva, y sembrar para generaciones con amor y sabiduría
--Gerardo
L. Berríos Martínez
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“… yo he venido para que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia”. –San Juan 10:10
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