lunes, 15 de abril de 2013

Que Puerto Rico y Venezuela agraden al Señor


Un resumen de la votación llevada a cabo el 14 de abril de 2013 en Venezuela para cubrir la vacante presidencial por la muerte de Hugo Rafael Chávez Frías, nos indica que Maduro obtuvo 50.66%, 7.5 millones votos (casi 700 mil menos que Chávez en el 2012) y Capriles obtuvo (49.07). 7.27 millones votos (casi 700 mil más que en 2012).

 

Ante un empate así, procede preguntar: ¿En cuántos países, en lugar de cubrir la vacante del Presidente surgida por muerte, en vez de hacer una elección de toda la población hubiese habido un proceso de selección interno del partido gobernante? Eso en sí, habla muy bien de los sistemas democráticos electorales en Venezuela (incluso Jimmy Carter ha dicho que ahí se tiene el mejor sistema electoral del mundo).

 

Reconozco que en esa noche de esperar resultados, recordé la elección general de Puerto Rico de 1980. Los números dados en Venezuela, llevan a ver que la oposición ha ido creciendo y tiene el deber de demostrar unos méritos. También llevan a ver que aún con la gran obra de alcance social, el gobierno deberá dar atención a toda falla y a los motivos de las insatisfacciones que se están desarrollando. 

 

Aunque está muy mal que el régimen venezolano establezca una preferencia de status político para Puerto Rico, la democracia trata del respeto al derecho a la libre expresión y sobre todo, del respeto al mandato de las urnas democráticas limpias y libres de fraude y manipulación indebida, indistintamente del margen.

 

Para el análisis en Puerto Rico, es importante comprender que no es correcto unir las consideraciones sobre el drama en Venezuela a las preferencias partidistas y de status de la Isla. Estadolibristas, Estadistas, Independentistas y no-afiliados, pueden coincidir en que la razón de ser de un gobierno es la honesta administración y la efectiva acción humanitaria. Se puede admirar ideas de quien uno no apoya, y no avalar todo lo que expone quien uno apoya; ya que solo Dios es perfecto y en lo humano nadie tiene el monopolio de la verdad. Que así, buscando fomentar todo lo constructivo y edificante en que se puede coincidir, Puerto Rico y Venezuela agraden al Señor.

 

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