Humildad no es un operativo de medios para saturar con fotos que proyecten
algún nivel de cercanía con el pueblo y dar carácter extraordinario a lo meramente
rutinario, que lamentablemente abonan a desviar la atención de temas
sensitivos. Con todo respeto, el que el Papa Don Francisco dé pasos de
normalidad, es propio de un ser humano igual a todos los demás, y es su deber
superar expectativas.
Humildad es asumir responsabilidades sincera y consagradamente, buscar
renovar las predicaciones, enseñara superar la pobreza (inspirados en que Jesús
dice en San Juan 10:10 que vino para que tengamos vida en abundancia) y emplear
los recursos materiales para servir y no para servirse. No dejemos de bendecir
a pastores, pastoras, sacerdotes, sacerdotisas, ministros y toda alma que cumple
a cabalidad y más.
Humildad es no atribuirse el nivel de divinidad que solo le toca al Señor. Jesucristo es el único Mediador y Salvador, y se supone que quienes
asumen roles ante congregaciones cristianas (católicas y no-católicas) se
enfoquen en El; el Señor que NO negociaba con religiosos y gobernantes y
procuraba servir bien y dar la sana doctrina, combinando la paz que llena, y
rigor al sacar mercaderes del templo.
Buscar ser Humildes de Verdad es más que fotos, es recordar:
“Entonces Jesús mirándole, amóle, y díjole: Una cosa te falta: ve, vende
todo lo que tienes, y da á los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven,
sígueme, tomando tu cruz”. –San Marcos 10:21
La anterior cita bíblica no significa que se tome al extremo literal, ya
que se necesitan medios para una buena calidad de vida que sea constructiva y
ejemplar. La anterior cita bíblica es llamado a la humildad y la prudencia, ya
que con toda razón y justicia, se espera más, mucho más, de quienes optan por
una sagrada vocación.
Con toda sinceridad, siempre surge el argumento de que riquezas del
Vaticano podrían financiar mucha obra social y es cierto, pero que no se pierda
de perspectiva de que se necesita con igual o mayor urgencia, el dar sentido al
mensaje de nueva conciencia que concentre todo el ser en Jesucristo y así,
reverdecer al estilo luminoso de los primeros cristianos.
El aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador NO es sinónimo de
renunciar a derechos dignos o a ser menos
(en la Biblia, Dios bendice a sus hijos). El optar por un rol mayor en
el cristianismo, requiere asumir mayores responsabilidades y dar ejemplo. ¿Se
está cumpliendo eso bien? Que cada cual responsa ante Dios y la conciencia.
Buscar ser Humildes de Verdad no es un ritual para par de días al año,
es un proyecto de vida para todos los días. Se confirma que somos llamados a
enfocarnos en el Señor (que enseñó la justicia, la equidad y la Ley del Amor) y
no en hombres. Adelante.
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