domingo, 3 de marzo de 2013

Dios bendiga al pueblo en la Isla del Cordero


En la medida que la opinión pública ha censurado que un joven le haya hablado en una forma que se interpretó como irrespetuosa a la exgoberandora Sila María Calderón (durante una manifestación frente al Centro para Puerto Rico), confirma que aún hay vergüenza y dignidad, grandes valores y principios. ¡Gloria a Dios!

 

Doy gracias a Dios cada vez que el pueblo le da lecciones a sus líderes políticos y religiosos. Doy gracias a Dios cada vez que se reconoce lo que define la verdadera hombría de bien, y ve con honor la genuina oración y los puros pasos de fe. Doy gracias a Dios por cada alma que busca dar testimonio de cumplimientos de promesas y de abrazar lo que en verdad es fruto de la voluntad divina y no de manipulaciones.

 

¡Qué bueno que todavía domina el entendimiento de que no procede faltarle el respeto a las mujeres ni agresión alguna en contra de la mujer! ¡Qué bueno por cada vez que se honra que Puerto Rico es Isla del Cordero por Jesús; Maestro de amor y ejemplo que es Luz para buscar la paz que sabe de solidaridad, compasión e indignación!

 

Si malo fue lo dado en contra de Sila Calderón porque hirió la sensibilidad como pueblo, peor es cada ataque indebido en contra de la alcaldesa de la Capital de la Isla del Cordero, Carmen Yulín, porque indigna, y lacera al alma de pueblo. 

 

Se puede coincidir y diferir, y el ejercicio democrático de libre expresión y protesta, en forma civilizada, no es agresión; pero el mejor punto de partida es superarse a uno mismo y ser solidarios con las grandes causas que agradan a Dios al servir bien.

 

En esa línea, hago una exhortación al orden a quienes se dan a la tarea de atacar injustamente a la alcaldesa Carmen Yulín; particularmente a quienes lo hacen desde una apariencia que en realidad es todo lo opuesto a las bases bíblicas y cristianas.

 

La Biblia establece el orar por las autoridades, no el amenazar a las autoridades. Es legítimo exigir cumplimientos de los funcionarios electos y hasta advertir con buena fe cuando procede, pero es mejor aconsejar como si se representase a Jesús.

 

Voy más allá: Quienes –por sus propias agendas- están en lo de atacar malsanamente a Yulín, deberán recordar que hay una Ley de Siembra y Cosecha (que aplica a todos sin exclusiones) y reflexionar para crecer y cambiar ante Dios y la conciencia.

 

Porque a Dios consagro todo, en este foro seguiré en la línea comunicar con claridad y firmeza, ya que a la mujer se respeta, se edifica con todo lo mejor del ser, y se hace valer. Veo ahí algo del heroísmo que se desea hacer realidad; que persevera y sigue adelante indistintamente de lo que se vea, reconozca, responda o entienda.

 

Reconozco y admiro la trayectoria de perseverancia de Yulín. Ella da cátedra de fe, espontaneidad y valores, de ser buena hija y madre a tono con las mejores bases familiares, de ir con la razón y no con manipulación. Ciertamente Dios emplea los medios que Él desea para responder y edificar; Yulín es uno de esos medios.

 

Carmen Yulín es Mujer Virtuosa; ¡merece el apoyo de sabios consejos y oraciones sinceras para que su humildad sea siempre el factor de grandeza, y para que su testimonio siempre dé buena luz! Sea la vida una causa de amor.

 

Porque busco fundamentarme en el Señor y no en hombres, veo que Carmen Yulín ejemplifica que Dios se creció al crear a la mujer. Como hombre, le doy las gracias y la gloria a Dios cuando la mujer le da lecciones a los hombres. Como hombre de fe, reconozco que grande es el Corazón de Mujer.

 

En su causa por la igualdad y dignidad humana, Carmen Yulín vivifica el Verdadero Sentido Cristiano. Brilla y glorifica al Creador, el alma de San Juan en su Voz; es Voz individual y colectiva. Cada voz que busca ser más que odios, egocentrismos y fanatismos para amar, perseverar sabiamente y consagrar, vivifica el Verdadero Sentido Cristiano. Gracias Señor por Carmen Yulín.

 

Ahora más que nunca todos orando por Carmen Yulín y familia, equipo de trabajo y la gran base comunitaria. Ahora más que nunca, todos apoyando a Carmen Yulín con el consejo bien intencionado, y plena la acción solidaria porque las GRANDES causas agradan a Dios, que es el Supremo Origen de AMOR.

 

Dios bendiga al pueblo en la Isla del Cordero; al pueblo que no olvida las mejores bases y atesora el respeto a la mujer. Dios bendiga a los hacedores de la fe y a quienes saben diferir con altura y ejercer el derecho a la libre expresión con patriotismo. Carmen Yulín: Adelante con la certeza de que grande es el depósito divino en usted. Lo vivido es prólogo. Sea más que bendecida. Dios ilumine a todos.

           

--Gerardo L. Berríos Martínez

 

·         “Y quiero que se acuerden de esto mientras vivan: Que nunca es más hermosa una mujer, que cuando defiende el derecho de su pueblo, sue libertad, su pan, su tierra”.

--Doña Inés Mendoza de Muñoz Marín

 


 

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