viernes, 22 de marzo de 2013

La historia confirma que se necesitan soluciones salomónicas.


Cuando se respetan los derechos y la libertad del prójimo, se propicia más la acción del Espíritu Santo en las personas.

 

Apoyo la evangelización cristiana, y respeto el derecho de otras creencias a llevar un mensaje constructivo. Lo que no veo bien es la gritería y el ruido ensordecedor hasta altas horas de la noche que va en contra de las familias que desean compartir ante la televisión y conversar, o en contra de trabajadores, niños y ancianos que desean disfrutar del derecho a descansar. Por simple lógica, es imposible que el Espíritu esté en donde se inspira depresión en vez de paz.

 

Oremos para que llegue un nuevo tiempo en el evangelismo, libre de los estilos que han perdido su vida útil y abundante en el poder del Altísimo. Oremos para que la gran evangelización palpite en la obra social (tal como se expone en San Mateo 25:34-40), la visita hospitales, la ayuda al desvalido y el buen consejo. Ante la Palabra de Dios, ya que lo que mejor nos define es lo que vivimos, que las mejores formas de evangelización sean el ejemplo y las manifestaciones de amor. Dios ilumine a todos.  

 


 

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