Cuando se
respetan los derechos y la libertad del prójimo, se propicia más la acción del
Espíritu Santo en las personas.
Apoyo la
evangelización cristiana, y respeto el derecho de otras creencias a llevar un
mensaje constructivo. Lo que no veo bien es la gritería y el ruido ensordecedor
hasta altas horas de la noche que va en contra de las familias que desean
compartir ante la televisión y conversar, o en contra de trabajadores, niños y
ancianos que desean disfrutar del derecho a descansar. Por simple lógica, es
imposible que el Espíritu esté en donde se inspira depresión en vez de paz.
Oremos
para que llegue un nuevo tiempo en el evangelismo, libre de los estilos que han
perdido su vida útil y abundante en el poder del Altísimo. Oremos para que la
gran evangelización palpite en la obra social (tal como se expone en San Mateo
25:34-40), la visita hospitales, la ayuda al desvalido y el buen consejo. Ante
la Palabra de Dios, ya que lo que mejor nos define es lo que vivimos, que las
mejores formas de evangelización sean el ejemplo y las manifestaciones de amor.
Dios ilumine a todos.
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