El octavo mandamiento dice: “No
levantarás falsos testimonios ni mentirás”. Nadie puede decir que nunca ha
quebrantado ese mandamiento divino u otros, pero todos somos llamados a crecer,
corregir errores y construir; y ciertamente se espera mucho más de quienes
están ante las congregaciones.
Se sigue transmitiendo el comercial
televisado de agradecimiento por la concentración llevada a cabo frente al
Capitolio con la consigna de en pro de la familia puertorriqueña. Es bueno,
justo y aleccionador ser agradecidos, pero es triste que se siga violentando el
octavo mandamiento con el error de afirmar que asistieron 200,000 personas.
Aunque es verdad que la actividad no
cumplió la expectativa de alcanzar las 100,000 personas (decir que hubo 150,000
sería erróneo y decir que hubo 200,000 sería irreal), es un
hecho que hubo miles; favorecedores y opositores deben tomar en cuenta eso.
Se estima que logró reunir a unas
50,000 y eso tiene gran significado bíblico, ya que el número 50 se asocia con
perfección, JUBILEO y ALABANZA. Hubo 50 días después de la muerte de
Jesucristo, y se produjo la manifestación del poder del Espíritu Santo. La
palabra Pentecostés viene del griego y significa el día quincuagésimo.
Presento
dos fotos: Una de una actividad en que se calculó con corrección una asistencia
de 215,000 personas. La foto de la concentración del 18 de febrero de 2013
frente al Capitolio “en pro de la familia” confirma que no es cierto decir que
asistieron 200,000 personas o que ha sido la concentración de mayor asistencia.
NO es necesario transmitir información incorrecta o falsa para promover causas,
y mucho menos para promover causas que se supone unen, educan y edifican más
ante Dios y la conciencia. Que no domine la tentación... La VERDAD es hija de
Dios.
Aunque la concentración del 18 de
febrero no fue la actividad de más convocatoria en tiempos recientes, logró una
asistencia aceptable; lo que tiene relevancia en tiempos en que decepciones con
el liderato político y religioso, genera apatía en las personas.
Aunque se pueda debatir y analizar
razonablemente sobre si se esperaba que se reuniese a más personas, la gran
mayoría del país no asistió; lo que es un gran mensaje que debe poner a pensar
para no tergiversar ni manipular.
APOYO todo propósito edificante que
puede unir a personas de diferentes partidos y de todas las denominaciones
religiosas (aunque sigo viendo que fue a destiempo en lo inmediato una
concentración en vez de dialogar y educar primero); NO APOYO que se den en
torno a eso manifestaciones de odio y otras agendas.
La Biblia
establece el orar por las autoridades, no el amenazar a las autoridades. Es
legítimo exigir cumplimientos de los funcionarios electos y hasta advertir con
buena fe cuando procede, pero es mejor aconsejar como si se representase a
Jesús, Príncipe de Paz. ¿Le agradaría a Jesús que se empleen presiones en vez
de razones?
Sigo viendo que la realidad es que NO hay absolutos en el mundo. Por
ejemplo:
·
NADIE
tiene el monopolio de la verdad. La verdad completa la posee el Señor y los
destellos de verdad en la existencia, se logran en la comprensión, tolerancia y
la Ley de tratar al prójimo como a uno mismo.
·
El
concepto de que impere “lo que piense la mayoría”, NO es un absoluto o una
licencia para aplastar a quien piense diferente. La
democracia no tiene su grandeza en la fuerza de unas mayorías, sino en la
justicia y buen trato a las minorías. Lo sabio,
correcto y sobre todo cristiano, es dar humildad a la mayoría y buen trato a la
minoría; ya que está la Ley de Siembra y Cosecha y la vida es como una rueda
(quien hoy está arriba, mañana puede estar abajo, y viceversa). Recordemos que
las mayorías a veces aciertan y a veces se equivocan (la Biblia nos dice que
una mayoría pidió la liberación de Barrabás; la historia nos dice que una
mayoría llevó al poder a Hitler y una minoría comenzó lo que hoy se llama
cristianismo).
·
Recordemos
que de los cristianos se espera mucho más y el mejor testimonio es no abusar y
no caer en los peores estilos. La mejor prédica es de amor integral.
Habrá puntos de
convergencia y divergencia, pero es un imperativo fomentar la sana convivencia
en vez de la guerra, en esta Isla que es hogar de todos. Favorezco los
principios bíblicos como guía de vida, pero con la conciencia de que ser
“cristiano” no es religión, un género musical o una marca comercial. Ser “cristiano”
no es ser perfecto o inmune a lo que afecta al mundo. Ser “cristiano” es ser
creyente; lo que infunde una naturaleza revolucionaria al palpitar, al ver,
creer, pensar y hacer.
En una sociedad
civilizada con un buen gobierno, le toca a los gobernantes ser justos hacia
todos y ciertamente Puerto Rico debe seguir creciendo y evolucionando en eso.
Sigue sobre el
tapete lo siguiente: ¿Cuántos de los que convocaron tanto por la participación
en la actividad “por la familia” y no fomentan lo salomónico, guardaron
silencio ante factores que en verdad afectaron a la familia, como la Ley 7 que
justificó despidos? ¿Qué buscan en verdad? Esa es la pregunta.
Lo que le dio
valor a la actividad, fue quienes llegaron con razones correctas, paz y no
odio, que le dieron cátedra a los que no convocaron bien.
Considero que lo verdaderamente
cristiano fomenta respeto, pensamiento constructivo ante la diversidad, igualdad
humana, justicia y soluciones salomónicas, NO fanatismo y polarización. La
familia es y necesita más.
Con toda sinceridad, considero que
“familia” no siempre es lo que se ajusta a una imagen tradicional. Por ejemplo:
Hay familias de nietos cuidados por abuelos, hijos cuidando a envejecientes,
padres solteros, madres solteras, hijos que asumen el liderato, parejas sin
hijos, parejas con hijos adoptados, niños que pierden a sus padres y encuentran
el abrazo en desconocidos, escenas complicadas ante la enfermedad, en fin, en
unos dramas cada vez más complejos, veo que “familia” es mutuo apoyo sabio (que
combina estímulo a lo bueno, tolerancia, visión compartida, penas y alegrías,
una jornada en común con propósitos mayores, y corrección en pos de lo más
correcto); es “una institución y escuela de amor”.
Por eso, lo más que se necesita no
son concentraciones y choques, sino un proyecto abarcador para apoyar a las
familias y sobre todo, dar el bálsamo a las almas heridas que han sido marcadas
por escenarios de dolor que deforman el sentido familiar.
Así, porque el
puritanismo no funciona (todos compartimos la realidad humana con virtudes y
defectos), bendigo a quienes apoyaron y a quienes no apoyaron la concentración
por la familia, ya que el mayor sentido familiar trasciende eventos de un
momento dado y busca crecer, fructificar y progresar día a día.
Veo que es importante
la oración para que quienes estén ante las congregaciones, NO se dañen, NO
dañen y fomenten la plena abundancia de todos en línea con la Palabra y la sana
doctrina cristiana. Así, oremos por la familia con el hacer consagrado.
--Gerardo L. Berríos Martínez
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