En víspera de la llamada “Semana
Mayor”, es propio reconocer a quienes buscan honrar la vocación y el altar. Es
propio reconocer a quienes mueven a mirar hacia una nueva conciencia cristiana
de convencimiento propio.
Eso lo destaco en el joven pastor Carlos
Camacho. Dios usa los medios que El desea para responder y edificar y
ciertamente Camacho ha sido medio bien empleado por Dios en muchos casos (oremos
para que siempre sea así). Con ese entendimiento, procede ver que es bien
importante en la vida el agradecimiento.
Le agradezco al pastor Camacho y su esposa
la pastora Susana Cardona, el gran testimonio de amor, de pareja idónea, de firmeza
en oraciones y convicciones, de fe gigante con poder y capacidad educadora y solidaria.
Grande es mi agradecimiento por la paciencia, y más porque cuando la enfermedad
llegó a mi hogar, dijeron presente con hermanos de la fe, fuimos fortalecidos y
ante el milagro en mi madre por Dios, confirmamos que en muchas ocasiones El obra
maravillosamente ¡de repente!
Así, mucho le agradezco al pastor Camacho
por su nivel de vocación y consagración, por la forma en que honra el altar y
busca que enfoquemos la mirada en el Altísimo, por sus mensajes e iluminar las
redes sociales, y por buscar transmitir a la congregación tanta fe, valentía y
voluntad de vivir el cristianismo en todo. ¡Gracias!
Nos dice parte de una biografía del pastor
Carlos Camacho:
·
“Conversión y Pastorado:
Carlos conoció al Señor Jesucristo en el año 1996, mientras todavía era
miembro del cuarteto Los Hispanos. Una vez siente el llamado a servir en el
ministerio a tiempo completo, se retiró de Los Hispanos, siendo su última
actividad con ellos un espectáculo en el día de las Madres del 2003 en el
Teatro Tapia de San Juan. Desde entonces, ha terminado su preparación como
pastor del Concilio de Iglesias del Nuevo Testamento y junto a su amada esposa
Susie radica actualmente en la ciudad de Ponce, donde fue enviado para comenzar
una obra pastoral”.
Me siento afortunado y bendecido al poder
congregarme en la Iglesia Nuevo Testamento de Ponce. Los grande de los pastores
Susana y Carlos Camacho no está tanto en ellos en sí (que tienen talentos y
calidad humana que sólo del cielo pueden ser dados), sino en la forma en que
enfatizan en el Señor. Doy gracias a Dios.
Un disco que es gran canal de bendición es
la producción “Sé Que al Fin Yo Venceré”, del pastor Camacho, en que consagra
al servicio de Jesucristo sus dones y talentos en la sumatoria de su brillante
carrera. De ese disco, cada vez que escucho la canción “Creo en Dios”, hay
nuevas revelaciones y fuerzas para seguir perseverando.
Es así que cuando regalo el disco de
Camacho, es fruto de oración y reflexión, y no se trata de un obsequio más, es
algo de fe, conciencia y corazón.
Es importante la oración para que
quienes estén ante las congregaciones, NO se dañen, NO dañen y fomenten la
plena abundancia de todos en línea con la Palabra y la sana doctrina cristiana.
Porque se ha citado de José Martí
que hasta el sol tiene manchas (se cita de él: “El sol quema con la misma luz
con que calienta. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de
las manchas. Los agradecidos hablan de la luz.”), entendamos que nadie es
perfecto, que todos somos llamados a fortalecernos en la fe y que en el
crecimiento que supera fallas y perfecciona la existencia; merecen los
pastores Susana y Carlos Camacho la cobertura de las oraciones
sinceras de incontables almas y el apoyo de todos que infunde el Espíritu Santo
en la energía constructiva de vida.
En la sonrisa sincera y la voz de buena
voluntad, los pastores Susana y Carlos Camacho hacen la diferencia. Cada
servicio a que asisto es una vivencia única y hasta inenarrable en sus mayores
proporciones. En cada servicio, ante mis ojos es como si los Pastores fuesen
cada vez más jóvenes por la forma en que contagian con tanta fe que se renueva
y nos renueva, sensibilidad, fuerza y gozo, humildad y fidelidad.
Son almas luminosas que son una en amor y vocación
consagrada. Con unción, acción y visión, pastorean la Iglesia Nuevo Testamento
de Ponce. Cada miembro de la congregación es un testimonio y es inenarrable lo
que hace el Espíritu.
Las voces de reconocimiento y agradecimiento
al pastor Camacho son como coro celestial. Somos llamados a propiciar en
tiempos retadores y convulsos que se vuelva a creer. ¿Creemos en Dios; le
creemos a Dios?
Sea “Sé Que al Fin Yo Venceré” poderosa
herramienta en ese proceso de restauración y potenciación. Sea el cumpleaños de
hoy de Camacho -en el presente escenario único que da testimonio de cómo Dios
obra y preside- poderosa señal de que crecemos y renacemos al amar y desear
seguir al Señor con todo el ser y en la vida entera. Ahora más que nunca,
Adelante en el nombre de Jesucristo.
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